Sociales

Si no existiera la mercadotecnia ni las redes, ¿cuál sería tu estilo?

Collage de león y ovejas
María Fernanda Leaño

María Fernanda Leaño

Publicado el:

Últimamente ha llamado mi atención la manera en que deliberadamente nos hemos vuelto esclavos de las “tendencias”, ya sabes, he estado de curiosa, observando con una lupa patrones de repetición “bastante” marcados, he notado que l@s gemel@s se han convertido en masas, así como el agente de Matrix, y además se reproducen cada vez con mayor rapidez.

A ver, voy muy rápido, me voy a explicar mejor: así como las fábricas que hacen las mismas muñecas y los mismos carritos que todos los niños traen, se puede observar este fenómeno global y local, definido por la repetición continua. Por ejemplo: la blogger más famosa publica un post luciendo cierto look, accesorios, pose, etcétera, y ¡pum!, inmediatamente, al día siguiente ves a todas las influencers haciendo lo mismo. Digo, Chiara Ferragni es un caso de Harvard por haber sido pionera de la tendencia “blogger” y todo lo que hace, la manera en que se viste es imitada instantáneamente por millones de manera automática, de ahí han surgido millones de bloggers, por ejemplo, algun@s famosos, otr@s no tanto.

Es aterrador analizar el impacto que tiene sobre la humanidad la mercadotecnia. Nos hace creer que fue nuestra idea para luego crear demanda, es un juego de ajedrez. Y 90% de la humanidad está feliz jugando sin conocer a su oponente. No me queda duda de que los millennials, y eso que yo entro en la edad de serlo y, en cierto punto, también soy ciberinfluencer –jaja–, estoy enfocada al arte posmoderno y performance, mas siendo sincera, yo tengo un tema desde niña; me gusta ser diferente a las masas, y me choca andar igual que todo el mundo, quizá por eso elegí crear a mi manera extravagante el tipo de arte que hago, o los temas que escribo, para proyectar diversos ángulos de la humanidad y el mundo; parecen clones de algún tipo de TENDENCIA.

Entonces, si se empieza a usar cierto tipo de abrigo, ves a todas correr a Zara a comprar uno igual al que vieron en el catwalk de YSL, o se pone de moda un corte de pelo, color, peinado, y luego ves a todas iguales. Las cejas, el makeup. TODO. Lo más interesante al analizar de fondo, localmente hablando, a las chavas mexicanas les encanta verse iguales, mismos jeans, hairstyle, aretes, makeup, la misma bolsa. Es como: I am so hot right now. Y si mi amiga no trae este trend, she cannot sit with us. Llego a un restaurante y de repente hay cinco chavas igualitas, tipo gemelas, y eso les encanta. Yo no entiendo por qué, a mí en mi personal lo que más me gusta es no parecerme a nadie más que a mí; vestir a mi manera, hacer lo que me da la gana, y que mi Insta, así como mi arte creen controversia, no sé, me considero original, me causaría claustrofobia perderme entre las masas. Por eso, quizá, ando analizando este caso… IF YOU ASK ME, WE SHOULD STAND OUT…

También me intriga la cuestión de que, en México, los papás y mamás le ponen el mismo nombre “de moda” a sus hijos… y entonces me imagino, cuando estén en la escuela y la maestra diga: Mateo, levanta la mano, y la mitad del salón responda: presente. Y con los años todos los Mateitos van a ser amiguitos igualitos. Y así y así. Sin ofender a quien se identifique, para mi gusto, una cosa es una tendencia y otra muy diferente es parecer clones, no conocer cuál es nuestro “estilo” propio, imitar a las masas o ídolos para estar de “moda”.

Lo encuentro mucho en el arte, a mí también me ha pasado con mi movimiento de arte @malincheart, ya hasta tengo copy cats y cuentas en Instagram usando mi nombre o alguno bastante similar a mi Insta, literal casi iguales para vender productos extremadamente parecidos a lo que porta “LA OTRA MALINCHE” AKA (mi alter ego artístico) o sea, yo. Imitando mi arte o literal con fotos mías haciéndose pasar por mi persona. En el mundo del arte, un artista consigue prestigio mundial, por ejemplo, haciendo obras de metal simulando perros de globo, para que al rato los vendan FAKE hasta en el tianguis. Digo claro, hay que andar en el trend del momento, complementando el estilo único que tod@s llevamos dentro. No al revés. Ni saber cual es mi estilo, y que me lo dicten las tendencias…

Ahora, este fenómeno también sucede en la vida, los borregos van creyendo y repitiendo lo que escuchan de boca en boca, en las noticias, notas amarillas e incluso fake news, sin primero investigar el source y el tema a profundidad. Las masas hacen lo que se les diga o se quejan, pero al final no realizan alianzas de unión para modificar el sistema en el rubro que sea y así crear cambios, cambios reales... Liderazgo, llamémoslo así Ha habido valientes extraordinarios los cuales han cambiado el rumbo de la humanidad y de naciones, desde políticos, revolucionarios, altruistas, científicos, médicos, filósofos y demás.

Todos llevamos un borrego y un león dentro, mas el primero es cómodo, se pierde entre las masas, y encaja con los demás. El león ataca, marca territorio, consigue lo que quiere, impone y es único en la manada. Los invito a reflexionar cuál de los dos queremos ser, y pensar en lo siguiente: si no existiera la mercadotécnica ni las redes, ¿cuál sería tu estilo?, ¿quién eres? y ¿qué quieres hacer con tu vida?, si no tuvieras que hacer lo socialmente aceptado. ¿Qué nombre le pondrías a tu hijo?, pregúntate. ¿Qué voy a hacer para dejar mi granito de arena en este mundo?, ¿qué me hace “diferente y único”, además de mi huella digital y el iris?

También existen personas que nacen con más liderazgo y carácter que otros. Yo en lo particular soy fiel creyente de lo siguiente: la vida, como la hayamos vivido todos, nos pone retos y problemas duros, dichas y dolores, gracias a los cuales podemos forjar un carácter más fuerte en el proceso o ser víctimas y uno más del montón, por ende el liderazgo también es una elección dura y requiere fuerza, seguridad y conocerse perfectamente bien internamente.

Ser un pollo negro en medio de pollitos amarillos. Sobresalir y llevar a los pollitos perdidos hacia la mamá gallina. O bueno, convertirse en el temido león. ¿Con qué animal de esta fábula te identificas?

María Fernanda Leaño