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La escalofriante leyenda del Callejón del Aguacate en Coyoacán

El Callejón del agucate/ Foto Héctor Martínez
El Callejón del agucate/ Foto Héctor Martínez

Brisa Granados/ Coordinadora digital

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El centro de Coyoacán es una de las zonas con más leyendas e historia en la Ciudad de México, un destino turístico por excelencia, que vale la pena descubrir, pues motivos sobrán: puede ser por sus coloridas calles, artesanías, restaurantes tan variados y con gastronomía tan rica, o por sus construcciones.

Dichas edificaciones datan de la época de la Consquista, pues fue en 1521 cuando Hernán Cortés mandó a construir la Iglesia de la Conchita sobre lo que era un centro ceremonial preshispánico, además de la Casa Roja que compartió con la Malinche.

Otro de los grandes encantos de Coyoacán son las historias que se cuentan de sus calles, que en realidad, como vecina del barrio, puedo atestiguar que no sólo se cuentan, se sienten. Si no me creen: vivan una semana cerquita de la Casa Azul de Frida Kahlo, o de la Casa de León Trotski, o qué tal que visitan la Casona del Indio Fernández, o mejor aún: entren a su habitación y e intenten no percibir su presencia.

Una de las leyendas más populares y emblemáticas es la del Callejón del Aguacate, dentro del Barrio de Santa Catarina. Los vecinos de la zona aseguran que todas las noches se aparece el fantasma de un niño. ¿Pero de dónde proviene ese niño?

Resulta que en los años 30 llegó a vivir a la zona un militar que había quedado muy afectado piscológicamente por sus terribles experiencias en la guerra, y acostumbraba salir todas las tardes a pasear, regularmente con su uniforme.

La mayor parte del tiempo que el ex militar salía a caminar se encontraba con un pequeño niño, un poco insitente en ver las condecoraciones que portaba y en invitarlo a jugar con él.

Un día el militar enloqueció ante las exigencias de juego del niño y lo mató justo frente al árbol de aguacate. Cuando cayó en cuenta de lo que había hecho ya era muy tarde, y vivió tan atormentado por su crímen, que mandó a construir un altar con la virgen del Carmen para rezar por el alma del niño.

Ahora el fantasma del niño pasea por el lugar y los vecinos siguen manteniendo una veladora encendida, pidiengo por el descanso del pequeño y también el de su arrepentido asesino.

Algunos visitantes aseguran escuchar el llanto del niño, ver su fantasma o su carita plasmada en el árbol.

Ésta y otras leyendas te esperan en el mágico Coyoacán, que pese a sus fantasmas, es uno de los lugares más maravillosos del globo terráqueo.